"Está de más decir que los primeros días fueron largos y pasivos en aquella casa que parecía un pequeño espacio entre la melancolía y la calidez. Cada cierto rato me escapaba para poder darme a la tarea de encontrar a Alamiro, recorrí largas tardes entre la gente de esta ciudad, gris, llena de frio y de vientos llenos de pasado. Sin el menor éxito saboree poco a poco cada rincón, cada calle, cada edificio, recordando aquello que mi querida Elena me había descrito en su historia, era tal cual como se describía, los espacios remotos, curvos de pasividad nocturna, un tiempo suspendido, lejos de toda comprensión superficial." CUANDO LA LLUVIA ME BESA LOS PIES